En un lugar de la Mancha, hace diecinueve años nacía un inquieto niño que no paraba ni un segundo, ese lugar era Albacete y al niño, le pusieron el nombre de su padre, Octavio.

Desde pequeño se le veía que tenía mando y dotes de Emperador. Con cuatro años, Octavio Fresneda González, ya jugaba en el Escuelas Pias. Un año después jugaba al fútbol sala en el Nerpio, su zurda ya enamoraba en todos los cementos o parquets de la provincia.

Con nueve años compagina el fútbol sala con el fútbol siete con el Albacete. Ya en infantiles juega solo en el Albacete, 19 goles en los dos años de infantil y siendo cadete A, para medio año por el covid. Medio año en el juvenil de liga nacional y ya el resto en el división de honor.

Al finalizar la temporada 22/23 deja su querido Albacete Balompié y firma por el Socuéllamos de la Tercera manchega, en el Yugo poco a poco va cogiendo minutos y lleva 2 goles, además de ser Campeón de la Copa Diputación ganando al Manchego en la final. Ha estado en la selección de Castilla la Mancha en inferiores y esta temporada, está jugando con la Selección Amateur de Castilla la Mancha la Uefa Regions Cup, donde están actualmente clasificados para la final four. Eliminaron en cuartos a Cantabria, donde Octavio fue la figura del encuentro con un doblete en tierras cántabras, antes ya había marcado contra Melilla también.

El Emperador, es un jugador de mucha intensidad, bregador , incansable, de una gran visión de juego y un golpeo exquisito. Zurdo, muy zurdo, que puede jugar de 6, de 8 o de 10 y hasta en banda. En su primer año de sub 23 está demostrando mucha personalidad y descaro, como dicen por el Paquito Giménez, para ser Emperador hay que ser valiente y descarado y el 14… ¡Lo es!

Como buen profesor, está estudiando magisterio, le gusta enseñar y eso lo hace en cada entreno y en cada partido. Enseñar y mostrar lo cabezón que es, como buen manchego, para llegar a su difícil objetivo y sueño, que sería soñar con estar en la élite y porque no, en poder escuchar el himno español en un Mundial.

En un lugar de la Mancha… seamos como Don Quijote, nunca dejemos de soñar… Los sueños, aunque parezcan imposibles, siempre hay que pelearlos.

Bienvenido a la familia, Emperador.

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